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El paciente anticoagulado
En nuestro policlínico recibimos varios pacientes con enfermedades crónicas; entre ellos están los que padecen de diabetes, hipertensión y aquellos que tienen problemas con la coagulación de su sangre, se le conoce como “pacientes anticoagulados”. Estos pacientes tienen una condición que les generan un aumento en la probabilidad de producir coágulos de sangre dentro de los vasos sanguíneos que puede afectar a otros órganos como el corazón, riñones, cerebro, pulmones, entre otros.
Para evitarlo, el equipo de médicos de familia y enfermería ha trabajado un protocolo de atención para brindar a los pacientes el tratamiento adecuado y oportuno.
¿Cómo se atiende en el Policlínico?
Los pacientes de nuestro Policlínico que son diagnosticados con alguna irregularidad en su factor de coagulación son atendidos por dos profesionales. El primero es su médico de familia o médico de cabecera. Él es quien conoce la historia del paciente y sabe que otras condiciones tiene. Todo ello lo ayuda a diagnosticarlo correctamente y brindar un tratamiento acorde a su condición. El médico, en base a una serie de exámenes y análisis, va a determinar qué medicación va a tomar, qué cantidad y por cuanto tiempo.
Una vez determinado el tratamiento, el paciente asistirá a sus controles mensuales a cargo del personal de enfermería. Ellos van a revisar las indicaciones médicas y van a realizar el análisis de sangre llamado INR (International Normalized Ratio). El INR mide cuánto tiempo tarda su sangre en coagularse y de acuerdo al resultado, y al protocolo de atención determinado, van a corroborar si la medicación es la correcta. De encontrarse valores alterados, se comunicarán con el médico de cabecera para que verifique nuevamente la medicación y pueda brindarle un nuevo tratamiento.
Asimismo, el personal de enfermería brinda educación continua al paciente sobre los hábitos adecuados que debe seguir de acuerdo a sus resultados y tratamiento indicado. En el caso de pacientes con tratamiento de anticoagulantes los hábitos de alimentación y estilo de vida son más delicados ya que hay muchas cosas a tomar en cuenta. Por ejemplo, en el caso de las comidas debe controlar la ingesta de alimentos con alto contenido de vitamina K ya que puede interferir con el mecanismo de acción del anticoagulante (especialmente de la warfarina).
Gracias a estos controles y al protocolo de atención brindados, los pacientes pueden mantenerse estables, evitar riesgos de hemorragias o formación de coágulos que dañen otros órganos y resulten perjudiciales.
El control mensual y la educación permanente al paciente permite tener una secuencia de cómo va evolucionando. Este proceso resulta beneficioso tanto para el paciente, quien puede ver sus resultados y determinar qué acciones son beneficiosas o no para su condición; como para los profesionales, ya que el trabajo en conjunto tiene mejores resultados tanto en corto como largo plazo.
Si quieres ver más consejos y recomendaciones sobre la anticoagulación, te dejamos este video