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Cuando la memoria empieza a fallar
El alzheimer es una enfermedad degenerativa cerebral para la que actualmente no existe cura. No se puede prevenir y tampoco diagnosticar antes de que aparezcan los síntomas. Éstos también dependen de cada persona. Sin embargo, el progreso general de la enfermedad es bastante predecible, aunque la manera en que cada enfermo cambia o pierde las habilidades es igualmente variable.
Los neurólogos de nuestro complejo hospitalario nos brindan algunas señales de advertencia con respecto a la enfermedad. Si nota cualquiera de ellas, recuerde visitar a su médico:
- Cambios de memoria: la señal más común, especialmente en etapas tempranas, es olvidarse de cosas cotidianas de manera constante (fechas o eventos especiales, nombres de familiares, lugares frecuentes, entre otros)
- Desorientación: hasta el punto de olvidarse dónde está y cómo llegó a un determinado lugar.
- Problemas al hablar o escribir: el paciente puede perderse en medio de una conversación debido a que empieza a desconocer palabras cotidianas o las menciona de manera incorrecta.
- Pérdida de cosas con facilidad y sin poder recordar dónde las dejó, así como la habilidad para hacer cosas solo; cada vez se vuelven más dependientes.
- Cambios de humor o de personalidad: se pueden enojar, deprimir, generar ansiedad en casa, trabajo, con amigos de manera repentina y constante.
¿Cómo manejar la pérdida de memoria?
Nuestros especialistas recomiendan que las personas que padecen Alzheimer mantengan un libro en el que anoten la información que es importante para ellos, como los números de teléfonos de familia y amigos frecuentes, mapas para regresar a casa y fotos de familiares con el nombre de la persona. Deben seguir una rutina diaria y, con apoyo de un familiar, mantenerse activos con actividades como el ejercicio, la alimentación, el aseo personal y actividades que estimulen su memoria.
Una buena forma de afrontar la enfermedad es mantener la comunicación con el paciente de Alzheimer de una manera tranquila, cercana, con contacto físico, sin anticiparles información ni hacer varias preguntas a la vez. La paciencia, el cariño y el respeto hacia quienes la sufren se convierten en aliados de todos para afrontarla.