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¿Por qué debes dejar de fumar?
De todas las amenazas a la salud, el tabaco es una de las más impactantes en todo el mundo.
El consumo de tabaco puede producir más de 50 enfermedades y es causante de uno de cada cuatro tipos de cáncer, tales como pulmonar, laringe, esófago o estómago, entre otros. Además incrementa en un 40% el riesgo de sufrir un infarto. Según el Ministerio de Salud, en el Perú ha llegado a ser la quinta causa de muerte entre los cánceres más frecuentes.
La Organización Mundial de la Salud revela que el tabaco es el único producto legal que mata hasta la mitad de sus consumidores.
Cada año, el 31 de mayo, se celebra el día internacional sin tabaco, con el gran objetivo de reducir el consumo de esta sustancia, concientizando a todas las personas, incluyendo a los no fumadores.
¿Qué ocurre en mi organismo cuando dejo de fumar?
Si te has preguntado cómo recibe tu organismo el dejar de fumar, a las 12 horas de haberlo hecho tu presión arterial mejorará y tu ritmo cardiaco se irá normalizando. Además, al cumplirse un día tus pulmones empezarán a mover la mucosidad almacenada. Si continúas sin fumar luego de 48 horas recuperas calidad olfativa y gustativa. Además, la nicotina desaparece de tu organismo. Tres días después aumenta la capacidad pulmonar, se reduce la tos y aumenta la sensación de bienestar general. Los cambios que experimentes a mediano y largo plazo después del último cigarrillo son más de los que imaginas. Entre uno y nueve meses: La congestión, fatiga y falta de aliento decrece fuertemente. Los cilios pulmonares vuelven a crecer y son capaces de manejar la mucosidad, manteniendo los pulmones limpios, evitando infecciones. Transcurrido un año, tus posibilidades de sufrir un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, disminuyen a la mitad de la de un fumador.
A medida que pasa el tiempo los beneficios se acentúan. En los años siguientes, puedes esperar estos avances:
De 5 a 10 años: las posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular son las mismas que las de un no fumador. Los riesgos de desarrollar diabetes, tanto en hombre como en mujeres, son los mismos que en quienes nunca fumaron. 13 años: Si tienes más de 75 años, tus riesgos de perder piezas dentales son iguales a los que no fuman.
15 años: Las posibilidades de padecer problemas cardíacos son las mismas que las de un no fumador, lo mismo para el cáncer de páncreas.
20 años: En el caso de las mujeres, los riesgos de morir por patologías asociadas al tabaquismo son las mismas que las de quienes nunca han fumado.
¿Y si yo no fumo?
¿Sabías que, de las casi 6 millones de víctimas del tabaco al año en el mundo, más de 600 mil son no fumadores expuestos al humo de tabaco ajeno?
Lamentablemente, es muy difícil no estar expuesto al humo ajeno, más aún si hay un fumador dentro de tu entorno familiar o entre tus amigos frecuentes, pues estás más expuesto a las consecuencias directas del tabaco antes descritas.
Por ello, lo ideal es que todos seamos agentes de cambio y evitemos este mal hábito. ¿Por qué no comenzar por tu círculo más cercano?. Invita a los familiares y amigos que fumen a conocer esta información para que tomen conciencia sobre sus consecuencias.
Un problema serio, que podemos prevenir
El tabaquismo es un problema muy grave contra el cual debemos tomar serias medidas. El primer paso para dejar de fumar es la voluntad de querer hacerlo. Pero, para conseguirlo, necesitas también del apoyo profesional y seguir un tratamiento médico de acuerdo a tus condiciones de salud.
Dejar este hábito es un trabajo difícil, pero posible. Busca nuevas rutinas saludables y recuerda que un solo día sin tabaco puede ser el inicio de muchos años de vida saludables.