BLOG
Velando por la seguridad de nuestros pacientes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, a escala mundial, cada año, decenas de millones de pacientes sufren lesiones discapacitantes o mueren como consecuencia de prácticas médicas o atención insegura.
Según la OMS: “La seguridad del paciente es fundamental para prestar servicios sanitarios esenciales de calidad. […] deben ser eficaces y seguros y estar centrados en las personas […] se necesitan políticas claras, capacidad de liderazgo, datos para impulsar mejoras en la seguridad, profesionales sanitarios cualificados y la participación efectiva de los pacientes en su atención.”
Como Complejo Hospitalario estamos comprometidos en implementar estrategias y metodologías de trabajo que nos permitan brindar una atención de calidad y segura a nuestros pacientes.
RETO MUNDIAL 2022
Como reto mundial de este año, la OMS ha tomado el tema: medicación sin daño, con el fin de tomar medidas tempranas en las áreas clave asociadas a daños graves causados a los pacientes debido a prácticas de medicación inseguras. Entre ellas, se encuentran las situaciones de alto riesgo, la transición entre servicios de atención, la polimedicación (el uso simultáneo de varios medicamentos) y los medicamentos que se parecen y suenan similar.
“Todas las personas del mundo tomarán, en algún momento de su vida, medicamentos para prevenir o tratar enfermedades. Sin embargo, los medicamentos a veces causan daños graves si se almacenan, prescriben, dispensan o administran indebidamente o si se controlan de forma insuficiente”.
SEGURIDAD DEL PACIENTE EN NUESTRO COMPLEJO HOSPITALARIO
Las acreditaciones Joint Commission International (JCI) se han convertido en uno de los ejes principales de la calidad y la seguridad del paciente en nuestro Complejo Hospitalario. Acreditar JCI es un largo recorrido, lleno de grandes aprendizajes para incorporar los estándares más estrictos. Sin duda, haber logrado este año la reacreditación en nuestro policlínico y Unidad Domiciliaria ha requerido de mucho esfuerzo y de cambios drásticos en algunos casos, para alinearnos a las mejores prácticas internacionales que nos permitan trabajar con los protocolos de seguridad más estrictos. Nos permite abrir la mente, salir de nuestra área de confort y repensar en los posibles riesgos inherentes a la actividad, poniendo toda la energía en evitarlos o minimizarlos.