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Cuidado de los pies en pacientes con diabetes
Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de desarrollar problemas en los pies, debido a la disminución de la sensibilidad que puede o no acompañarse de menor riego sanguíneo. Por lo tanto, la falta de sensibilidad al dolor, sumado a la mala circulación, favorece la aparición de lesiones o úlceras, cuya curación es difícil y aumenta el riesgo de infección.
La lesión inicial del pie diabético se da con la aparición de un callo (endurecimiento y resequedad de la piel) y, al ser retirado del pie, se origina una úlcera. Dependiendo del tipo de circulación sanguínea del paciente, esta puede causar una fuerte infección. La mayoría de estas heridas surgen en la planta o en las zonas cercanas al hueso como los nudillos de los dedos.
La correcta higiene de los pies y la elección adecuada del calzado es la estrategia básica para evitar la aparición de rozaduras, heridas, quemaduras y lesiones. Sigue estos tres pasos para protegerlos:
Primero: Higiene
- Procura lavar tus pies todos los días sin remojarlos demasiado para no reblandecer la piel.
- Usa una esponja suave y jabón neutro, con agua menor a los 37°C de temperatura.
- Evita la fricción entre los dedos para evitar el desarrollo de gérmenes.
- Luego de lavarlos, usa crema hidratante en la planta, dorso y talón del pie.
- No uses alcohol o perfumes.
Segundo: Uñas y callos
- Corta tus uñas de forma recta con una tijera de punta redonda y límalas con una lima de cartón. Ten cuidado de no dejar tus uñas demasiado cortas.
- Si tienes callos, consulta con tu médico sobre qué medidas tomar. Ningún callicida (saca callos) es recomendable.
Tercero: Calzado
- Usa tus zapatos siempre con medias. Deben ser cómodos, cerrados y con cordones o pegapega.
- Alterna siempre entre 2 pares de zapatos.
- Cuando compres un zapato nuevo, busca que no tenga costuras interiores o rugosidades que puedan lesionar tu pie.
- Fíjate que sea de talón ancho y no muy alto.
- Además, cómpralo de noche, cuando tus pies están más hinchados.
- Ojo, cuando uses zapatos nuevos, no lo hagas por más de una hora. Podrás aumentar el tiempo de uso progresivamente.
Consulta a tu médico si presentas en piernas o pies:
- Cambio de color en la piel.
- Aumento de volumen o hinchazón.
- Adormecimiento u hormigueo al caminar o en reposo.
- Ampollas o heridas.
- Uñero y/o infección por hongos.
- Callos o piel seca.
La mejor manera de prevenir el pie diabético es mantener normales los niveles de glucosa en sangre. Para ello hay dos factores esenciales:
- Cumplir adecuadamente con el tratamiento prescrito por tu médico.
- Llevar una alimentación saludable y realizar actividad física.