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Paciente anticoagulado: conoce más sobre él
La coagulación sanguínea es un proceso natural por el que la sangre líquida pasa a convertirse en coágulos de sangre semisólidos. Esto evita que se pierda sangre al dañarse los vasos sanguíneos.
En condiciones normales, la sangre fluye por el sistema circulatorio sin coagularse y lo hace cuando se necesita cerrar una herida que está sangrando. En condiciones anormales, la sangre puede coagularse dentro del sistema circulatorio y se forman coágulos que pueden obstruir venas o arterias impidiendo el riego sanguíneo en la zona afectada.
Quien padece esta anomalía debe tomar los llamados anticoagulantes, fármacos cuyo principal efecto es retardar el tiempo de coagulación de la sangre para que el coágulo no se forme dentro de los vasos sanguíneos. Su principal efecto consiste en retardar el tiempo de coagulación de la sangre. Los anticoagulantes ayudan a evitar problemas mayores como la trombosis, obstrucción de un vaso sanguíneo a causa de un coágulo, y la embolia, donde la obstrucción se forma por un coágulo suelto que viaja por el sistema circulatorio y afecta a otro punto del organismo. Se trata pues de un tratamiento preventivo y no curativo, que modifica la coagulación de la sangre e incrementa con ello la gravedad de las hemorragias.
Para controlarlo, los pacientes se someten al examen INR (siglas en inglés). Consiste en un pequeño pinchazo en el dedo del que se extrae una gota de sangre sin exprimir, que se coloca en una tira reactiva insertada en el coagulómetro y que proporciona el valor de coagulación en sangre. Los controles sirven para verificar que la dosis de anticoagulantes que se está tomando es la adecuada.
Podemos encontrarnos los siguientes síntomas:
- Pérdida brusca de visión
- Hemorragia en la nariz que no se puede detener
- Dolor de cabeza intenso con vómitos
- Esputos con sangre y vómitos de sangre
- Heces de color negro y pastoso
- Hemorragias ginecológicas severas
- Sangre en orina
Por ello es importante respetar los tratamientos y seguir los controles en los tiempos establecidos.
Si eres un paciente anticoagulado, convives o conoces a alguien que lleve un tratamiento anticoagulante, hay unas observaciones que se deben tomar en cuenta:
- El anticoagulante debe tomarse siempre a la misma hora
- Nunca se debe alterar la dosis por su cuenta
- Los controles han de realizarse los controles siempre en el mismo lugar
- Hay que Vigilar la presión arterial
- No tomar ningún medicamento nuevo sin prescripción médica
- No tomar Aspirina ni antiinflamatorios como analgésicos
- Un paciente anticoagulado tiene prohibido las inyecciones intramusculares
- Si sangra sin motivo o salen moretones sin sufrir golpes, se debe acudir al control sin esperar a la próxima fecha fijada
- En cada contro es conveniente brindar toda la información que el médico requiera. Lo ayudará a un mejor tratamiento y diagnóstico
- Mantener una dieta balanceada. Ante las dudas, consultar al nutricionista
- Evitar el consumo de bebidas alcohólicas y tabaco
De igual forma, recuerda que en nuestros Policlínicos puedes resolver más dudas sobre la anticoagulación.