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A cuidar la piel de nuestros hijos este verano
En la infancia, la piel es más inmadura y permeable, por lo que no está tan preparada para una agresión potente como es la radiación solar. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la piel de un niño es más delgada y sensible que la de un adulto, por lo que incluso un corto tiempo bajo el sol del mediodía puede causar quemaduras serias.
Ahora que estamos en pleno verano, es cuando surgen dudas sobre la mejor manera de proteger a nuestros hijos del sol. Aquí te dejamos 6 recomendaciones a tener en cuenta:
- No lo expongas directamente al sol
A los bebés menores de seis meses no se les debe exponer directamente al sol. Así que lleva siempre contigo una sombrilla o mantenlos en un lugar fresco y a la sombra.
- La ropa es el mejor escudo contra el calor
Los niños, especialmente los más pequeños, deben llevar siempre una gorra o sombrero para protegerse del sol. Además, durante el verano la ropa más adecuada para nuestros ellos será de algodón puro, holgada y de color claro.
- Evitar golpes de calor mediante una hidratación adecuada
La capacidad de regulación corporal de un niño de menos de tres años es limitada y, por ello, al exponerlo al sol podría sufrir un golpe de calor. Para evitarlo deben mantener suficientemente hidratado al bebé, dándole de beber tanto líquido como sea necesario.
- Utiliza protector solar para ellos
El protector debe aplicarse siempre 30 minutos antes de la exposición del niño al sol y repetir esta acción cada 2 horas. Los más recomendables para bebés y niños pequeños son de factor de protección 30 o superior, preferiblemente utilizando foto protectores pediátricos que son concretos para pieles infantiles.
- No te olvides de proteger sus ojos.
En los primeros meses basta con poner una gorra al bebé, ya que estará continuamente protegido bajo la sombrilla. Cuando sean algo mayores, es mejor ponerles unas gafas de sol adaptadas a sus necesidades, siempre homologadas.
- Evita exponerlos en horas de mayor concentración del sol
Evita las horas centrales del día que va desde las 11:00 a.m. hasta las 4:00 p.m.). El peligro no solo son los rayos ultravioletas, sino también la elevada temperatura. El organismo del bebé tiene una capacidad reducida para eliminar el calor a través del sudor, por lo que el riesgo de sufrir un golpe de calor es más elevado.