Cuidado con el cáncer de colon

El cáncer de colon es el crecimiento de un tumor maligno que afecta al tramo del intestino conocido también como intestino grueso. Este tramo comprende desde el final del intestino delgado hasta el inicio del recto. En ocasiones, el cáncer de colon afecta también a la zona rectal y se habla de esta enfermedad como cáncer colorrectal.

¿Qué síntomas pueden alertarnos de un cáncer de colon?

Podemos fijarnos en varios síntomas iniciales que indican un cambio en la pared del colon.

  • Cambio de ritmo de las deposiciones: presentar diarrea o estreñimiento no habituales.
  • Cambio de calibre de las heces: heces en forma de cinta, por ejemplo.

Otros síntomas frecuentes en el cáncer de colon son:

  • Anemia crónica: por pérdida de sangre oculta en heces.
  • Pérdida de sangre más ostensible: más en el caso del cáncer de localización colorrectal. Esta sangre visible puede ser oscura o roja.
  • Sensación de no haber terminado la deposición.
  • Molestias abdominales: más inespecíficas.
  • Cansancio significativo y pérdida de peso: suelen darse en fases más avanzadas de la enfermedad.
¿Cómo podemos prevenir el cáncer de colon?
  1. Evita el estreñimiento.
    Una dieta rica en fibra ayuda a disminuir que las sustancias de desecho persistan en contacto con la mucosa del colon, lo que podría reducir la aparición de los primeros cambios que conducen al cáncer.
  2. Cuida tu dieta.
    Intenta reducir al máximo las grasas saturadas y disminuye el consumo de carnes rojas.
  3. Reduce el consumo de alcohol y evita el tabaco.
    Ambos tóxicos conllevan un riesgo aumentado de cáncer, tanto en esta zona del organismo como en otros órganos digestivos.
  4. Realiza ejercicio físico regular.
    El ejercicio regular se asocia a una menor frecuencia de cáncer colorrectal.
  5. Presta atención a tus deposiciones.
    Es importante que conozcas bien tu ritmo de deposición y que vigiles el aspecto de las heces. Si aprecias sangre visible en ellas, coméntalo con tu médico.
  6. Con la edad, realízate revisiones periódicas.
    A partir de los 40 años, realiza visitas anuales con tu médico de cabecera.
  7. La herencia genética, un factor de riesgo. 
    Los factores genéticos influyen mucho en la aparición de esta enfermedad, por lo que es importante que comuniques los antecedentes familiares y personales a tu médico.